Entre Víctor Hugo y Simone Biles
Muchos tienen suficiente fuerza, de lo que carecen es de voluntad— Víctor Hugo
No puedes volver atrás y cambiar el comienzo, pero puedes empezar donde estás y cambiar el final- Simone Biles.
Estar en la ciudad de la luz y vivir unas olimpiadas es parte de mi larga Bucket List. Este acontecimiento estuvo invariablemente en mis sueños, ha sido una experiencia inolvidable que por siempre me llevaré.
Ver en vivo a los mejores atletas del mundo de 200 países en todo el mundo me ha dejado sin palabras, escalofríos en la piel, más de una lágrima y recuerdos que estarán eternamente en mi memoria.
Uno los observa y se asombra, pensando que lo que hacen es fácil, sin comprender ni dimensionar la gran historia que hay detrás.
Mientras observaba a los olímpicos, no podía dejar de pensar en la cantidad de horas de entrenamiento, el sacrificio, la frustración, la emoción y todo lo que hicieron para llegar a ese momento, dejan la vida y el alma por llegar al momento de su competencia.
Entre ellos tuve la fortuna de admirar, en vivo, a Simone Biles, gimnasta con récord mundial, tuve la fortuna de observar en vivo, una atleta que cuando se mueve, motiva y conmueve a cualquiera incluyendo el escalofrío de mi piel y mis ojos llenos de lágrimas.
La gimnasta más laureada de todos los tiempos (39 medallas en total).
Como espectador, ella es la descripción de tener gracia y perfección en cada uno de sus movimientos y disfrutar enormemente a lo que te dedicas.
No todo es felicidad en juegos olímpicos, más de un atleta se lesionó, tropezó en gimnasia, comenzó tarde en una carrera, falló o no llego a los resultados esperados, bastaba con ver sus gestos de enojo, tristeza, coraje, siendo humanos y sumamente transparentes, lo decían todo.
Toda una vida de largos entrenamientos, sueños, 4 años sin parar para que llegara este evento, de algunos fue su debut, de otros su despedida.
La escritura y el deporte tienen algo en común: reflejan la luz y la sombra.
La luz en los logros, la sombra en los fallos.
La luz cuando escribimos con inspiración, la sombra de nuestros demonios y miedos.
Hablando de grandes, en mi visita parisina también fui al Panteón Francés. Hombres y mujeres célebres franceses están enterrados ahí, entre ellos Víctor Hugo, Alejandro Dumas, Voltaire y Marie Curie.
Visité la tumba del célebre escritor Victor Hugo que con sus libros y sabias frases ha llenado mis días de inspiración.
Admiro al primero por sus palabras, a la segunda por sus logros, a los dos por su disciplina y valentía.
Ambos son personajes que me inspiran y me motivan. Después de esta vivencia, no existe meta ni sueño imposible; gran parte está en la dedicación, tiempo, esfuerzo, resiliencia y perseverancia que le dediques.
Estoy lejos de ser una atleta olímpica o una escritora famosa, aunque aún tengo una larga bucket list y varias metas por cumplir.
Gracias a Victor Hugo y a Biles por demostrarme que no hay sueño grande y detrás de cada meta cumplida hay una gran historia atrás.
Y gracias a ti por atrever(te) a leerme una vez más.
Con cariño desde los sueños olímpicos,